"Olvídame tú primero, que yo no puedo".

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No quería volver a ser esa que recordabas cada vez que pasaba por tu ventana y luego la olvidabas, la que te sonreía después de que soltabas una palabra, la que se quedaba hipnotizada con tu sonrisa y la que buscaba tus ojos entre millones, esos ojos que parecían sincronizados automáticamente con los tuyos.Esa típica celosa sin razón  que te metía en una discusión casi divertida sobre como matar putas baratas, y acababa cuando la abrazabas casi susurrándole -yo te quiero a ti.
Esa chica que se harta de que la ignoren, que cuando te ignora, TE IGNORA, a la que decidiste querer cuando estaba a cincuenta lagrimas y una copa de olvidarte.A la que extrañaste cuando por tu ventana solo pasaba gente, pero ninguna persona, por la que cambiaste cuando te diste cuenta como puede cambiar el mundo cuando un par de ojos te miran, que las miradas baratas no expresan nada y que ella tenia mil historias que contarte sin ni una palabra, esa que te enseño que besos no es sinónimo de amor y que un te quiero puede levantar castillos.
Esa que hace una vida y media,o menos, tenia tu voz susurrándole al oído promesas rotas, la que dedico las noches a olvidarlas, aunque solo terminaban en intentos fallidos, la que quería encontrarte de repente o no verte nunca mas, a la que le tomo dos días volverse loca y que aun intenta dejar de hacerlo cada vez que tus manos rozan su cintura.
Y cuando septiembre borra los recuerdos de la cabeza, el corazón, el muy cabrón, parece haber sobrevivido a la guerra. Y se alza intacto entre la tormenta. Y chirría, oxidado, cuando menos te lo esperas.